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El Comportamiento Social Comienza Con el Pensamiento Social

Social Thinking Article

© 2021 Think Social Publishing, Inc.


El siguiente artículo ha sido traducido con la intención de captar el significado original deseado. Al leerlo, por favor tenga en cuenta que en la traducción muchas veces es difícil captar la sutileza del significado deseado. Sin embargo, esperamos que la mayoría de los conceptos sean fieles al original.


Nuestros amigos son las personas que nos hacen sentir bien con nosotros mismos. A pesar de que ésta es una simple verdad, crear esas amistades es un proceso complejo, especialmente para individuos con Trastrono del Espectro Autista (TEA), con sus enormes dificultades de aprendizaje social.

 

Otra verdad, recogida a lo largo de años de trabajar con individuos con TEA de alto funcionamiento y de discutir con ellos sus deseos sociales, es que todas las personas dentro del espectro autista desean que los otros sean amigables con ellos. Desean la amistad y no les gusta tener enemigos. No son diferentes a las personas de desarrollo típico en su deseo de crear y mantener relaciones saludables. La diferencia radica en la habilidad de su cerebro para manejar la sutileza para mantener relaciones amigables.

 

Los niños y adultos con TEA tienen dificultades para interpretar los mensajes sociales pensados por de los otros. Generalmente envian señales equivocadas a los demás acerca de sus propias intenciones sociales. Hasta los alumnos con Síndrome de Asperger no se dan cuenta de la percepción que los otros tienen de ellos, y los mensajes equivocados que sus acciones sociales emiten. Ellos pueden ser incapaces de reconocer que los demás piensan que son hoscos y que no les interesa hacerse amigos, ya que ellos no logran iniciar o responder a un saludo social.

 

Nuestra tarea, como padres y educadores, es fragmentar estos conceptos complejos en pasos concretos y comprensibles.

 

Para comenzar, hablamos acerca de cómo y dónde está involucrado el pensamiento social. Los pacientes  (incluyendo adultos) suelen responder que el pensamiento social se usa solamente cuando se está involucrado en una interacción social, como estar con amigos, jugar un juego, etc. Suele costar bastante trabajo que nuestros pacientes comiencen a entender que el pensamiento social está activo en todo momento en el cual se comparte un espacio con otros, aún cuando no se está en directa comunicación con ellos. ¿Cuántos de nosotros corremos el carrito del supermecado cuando hay otra persona avanzando por la góndola? Eso es pensar socialmente.

 

El pensamiento social está activo no sólo cuando estamos en compañia de otra persona, sino también en todo momento en el cual estamos pensando acerca de otra persona. Cuando estamos solos, ¿no solemos analizar interacciones sociales pasadas, pensando si la otra persona percibió nuestras acciones de la manera que queríamos? Le mandamos un correo electrónico o llamamos a la persona para aclarar el mensaje o pedirle disculpas cuando nos damos cuenta que fuimos mal interpretados, o que actuamos mal. ¡Ahí el pensamiento social está trabajando!

 

El pensamiento social domina el tiempo de pensamiento de todo el día. Usamos el pensamiento social antes, durante y despues de un encuentro social. El pensamiento social nos ayuda a determinar cómo modelar nuestro comportamiento para que los demás tengan buenos pensamientos acerca de nosotros. Si nuestro objetivo es ayudar a nuestros pacientes a convertirse en mejores pensadores sociales, enseñarles sólo una habilidad social no es suficiente. También debemos enseñarles que los demás también tienen su propia mente y su propia forma de pensar socialmete.

 

¿Cómo? Una estrategia útil con pacientes de primaria y avanzados es usar Los Cuatro Pasos de la Toma de Perspectiva. Estos pasos ayudan a los pacientes a reconocer y considerar hasta qué punto pensamos acerca de los otros y ajustamos nuestro comportamiento aún en la ausencia de comunicación intencional. Nos involucramos en estos cuatro pasos en cualquier interaccion social:

 

Paso 1: En cuanto dos personas comparten un mismo espacio, ambas tienen un pensamiento acerca del otro. Yo tengo un pensamiento acerca de vos, vos tenés un pensamiento acerca de mí.

 

Paso 2: Considero las intenciones y motivos de la otra persona. Si me resultan sospechosas, voy a monitorear a la persona más en detalle. La otra persona también va a pensar acerca de mis intenciones y motivos.

 

Paso 3: Cada persona va a considerar lo que la otra persona puede estar pensando acerca de él. ¿Es positivo, negativo o neutral? ¿Existe una historia entre nosotros en función de la cual evalúo estos pensamientos?

 

Paso 4: Monitoreo y posiblemente modifico mi comportamiento para lograr que la otra persona piense de mi como yo quiero que piense de mi. Los demás están haciendo lo mismo conmigo.

 

Estos cuatro pasos ocurren durante milisegundos y de forma intuitiva, por debajo de nuestra conciencia inmediata. Los primeros tres pasos involucran el pensamiento social, solo en el cuarto paso está involucrado el comportamiento.

 

En nuestras discusiones con pacientes les señalamos que este proceso está basado en el supuesto básico de que todos queremos que las demás personas tengan pensamientos positivos acerca de nosotros, aunque nuestro encuentro sea breve. Dentro de esta hipótesis se incluye lo contrario: no queremos que las otras personas tengan pensamientos negativos acerca de nosotros. Si a nuestros pacientes dentro del espectro autista les puede resultar difícil el simple hecho de percibir que los demás tienen pensamientos diferentes, mucho más introducir el concepto que todos tenemos pensamientos positivos y negativos acerca de los otros. La mayoría de los pacientes con TEA nunca se cuestionan que ellos también tienen pensamientos negativos acerca de otras personas.

 

Además, muchos de nuestros pacientes no toman en cuenta el papel que los recuerdos sociales tienen en la interaccion diaria. Todos tenemos recuerdos socio-emocionales de las personas basados en lo que pensamos de ellos a lo largo del tiempo. Aquellas personas cuyas acciones generan pensamientos “normales” a “buenos” en las mentes de los demás, tienen mayor probabilidad de ser considerados amistosos y hacerse amigos, que aquellos que generan pensamientos negativos (o incómodos) en las mentes de los demás. Cuando enseñamos el pensamiento social, no sólo ayudamos a nuestros alumnos a darse cuenta que tienen que asumir responsabilidad por su comportamiento a lo largo del tiempo, sino también por los recuerdos sociales que la gente tiene con relación a ellos. La razón por la cual yo puedo llamar a un amigo o compañero de trabajo para disculparme por la interpretación que puede haber hecho de mis acciones, es para generar mejores recuerdos sociales acerca de mí en su cerebro.

 

Los Cuatro Pasos de la Toma de Perspectiva están en juego en todo momento en el cual compartimos el espacio con otros, y son un requisito para el funcionamiento en el aula de cualquiera de nuestros alumnos. Una regla oculta en el ámbito del aula es que todos los alumnos y maestras se unen en un pensamiento social compartido acerca del otro en el aula, y que cada alumno es responsable de monitorear y ajustar su comportamiento con respecto al mismo. Un alumno que no es eficiente en estos cuatro pasos suele presentar problemas de conducta.

 

Los pacientes con dificultades en el aprendizaje social tienen que aprender cognitivamente lo que nosotros hacemos en forma intuitiva y natural. Para ayudarlos a comprender la toma de perspectiva, ponemos gran énfasis en enseñarles lecciones referidas a estos cuatro pasos. Para tomar plena conciencia de esto, te invito a pasar todo el día observando tus propios pensamientos sociales y cómo impactan en tus acciones en la presencia de otros. Tu propio pensamiento social puede ser una guía para enseñar a tus pacientes con TEA. Los terapeutas suelen notar que estos pacientes se interesan mucho por sus propios pensamientos y por los de los demás una vez que descomponemos el proceso en componentes que podemos observar, de los cuales podemos hablar y relacionar con nuestra propia vida personal.

 

Para fomentar el pensamiento social en nuestros pacientes y niños con TEA que funcionan en el extremo más alto del espectro (aquellos con inteligencia verbal promedio o superior), es crucial que no sólo les enseñemos a “comportarse” y a “usar habilidades sociales apropiadas”, sino enseñarles que el comportamiento social se basa primero en el pensamiento social.

 

En la próxima columna abrodaremos un concepto relacionado, los 4 Pasos de la Comunicación.

 

Puedes encontrar más información acerca de cómo enseñar el pensamiento social en los libros de Michelle Thinking About You Thinking About Me, 2nd Edition (2007) and Think Social! A Social Thinking Curriculum for School aged Students, 2nd printing (2005).

 

Traducido por: Maria Estefania Millan

Equipo Socializarte.

socializarte09@gmail.com

www.socializartegrupos.com.ar

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